Por: Nur de Eusebio Belghiti
Miembro del Departamento de Operaciones
Bachelor's Degree in International Studies at UAM
En las últimas semanas Estados Unidos ha iniciado una guerra arancelaria con la mayoría de los países del mundo, tal y como había prometido Trump. A pesar de que el objetivo principal de los nuevos aranceles era debilitar a su enemigo comercial más grande, China, los aranceles han sido impuestos sobre la Unión Europea también y, por tanto, sobre España. Trump anunció aranceles recíprocos del 20% para la Unión Europea, pero recientemente decretó una tregua parcial de 90 días. Durante esta tregua no se aplica el arancel del 20%, pero se mantienen los aranceles globales sobre todos los países del 10% y los gravámenes del 25% a los automóviles, el aluminio y el acero [1]. La tregua no ha sido aplicada a China, que ha respondido imponiendo más aranceles a Estados Unidos, incrementando la guerra comercial que venía arrastrándose desde hace varias décadas entre las dos potencias. De esta forma Xi Jinping respondió a los aranceles del 145% imponiendo gravámenes del 84% [2].
Las reacciones por parte de la Unión Europea han sido muy diversas. Destaca la posición de Ursula von der Leyen, quien representa a la UE a través de la Comisión Europea, que tiene la competencia sobre la política comercial de la Unión Europea [3]. Ella presenta una posición abierta a la negociación con Estados Unidos, especialmente durante los 90 días de tregua, pero no descarta la posibilidad de imponer contramedidas para defender los intereses europeos [3]. Esta posición ha sido secundada por varios Estados miembros, entre ellos España, que quiere impulsar la búsqueda de otros socios comerciales. Por otro lado, Francia exige actuar ofensivamente contra los aranceles a través de una guerra comercial. La extrema derecha europea, representada en este asunto por Italia, ha apostado por un acercamiento hacia Estados Unidos para evitar las consecuencias económicas y el debilitamiento del bloque occidental frente a otras potencias [4]. Así se ha podido ver en la reciente reunión que Giorgia Meloni ha tenido con Trump, donde ambos líderes afirmaron que sería posible un futuro acuerdo para reducir los aranceles de la UE. Tanto Meloni como Trump comparten el ideal de “hacer grande a Occidente otra vez”, pero no toda la UE lo comparte. Los aranceles impuestos por Trump en la UE iban dirigidos a todo el bloque económico, no a países por separado, por lo que cualquier cambio en la opinión de Estados Unidos afectará a la UE en su conjunto. Debido a esto, distintos líderes europeos buscan obtener apoyos para sus posturas dentro de la UE, ya sean posturas abiertas a la negociación con EE. UU. o posturas ofensivas [3].
Debido a esta nueva situación económica, España ha buscado reforzar su posicionamiento dentro de la UE y globalmente. A pesar de que es la Comisión Europea quien tiene la competencia sobre la política comercial, del mismo modo que Italia y Francia han iniciado sus movimientos para hacer frente a la crisis económica, España también está explorando distintas formas de enfrentarse a estos nuevos retos. Mientras que Macron defiende que la UE puede defenderse sola y Meloni apuesta por un acercamiento político y económico con Estados Unidos, Pedro Sánchez busca reforzar las relaciones políticas, económicas y culturales con un socio comercial destacado: China [6].
Las nuevas (y no tan nuevas) relaciones entre China y España
Las relaciones entre China y España no son algo nuevo, sino que llevan años desarrollándose, pero la reciente crisis arancelaria ha permitido un nuevo acercamiento entre las dos naciones. China ha sido el primer destino asiático para las exportaciones nacionales por varias décadas, con miles de empresas españolas exportando productos cada año [7]. Además, en 2023 China fue el cuarto socio comercial de España y el comercio bilateral entre ambas naciones ha crecido positivamente en los últimos años [7]. En 2024 se firmaron dos Memorandos de Entendimiento entre ambos países para la creación de mecanismos comunes de cooperación en asuntos comerciales [8].
Frente a la guerra comercial entre China y Estados Unidos, Pedro Sánchez ha decidido tomar una posición que se inclina hacia la nación asiática debido a varios factores. Además de tratarse de uno de los socios comerciales más fundamentales para España, Sánchez ha señalado que España posee un déficit comercial con China que se debe subsanar, y este parece ser el momento idóneo para acercarse al país. Es por eso por lo que Sánchez ha aprobado en su reciente visita a China el 11 de abril dos protocolos de exportación de producto porcino y cerezas. También se han firmado diversos acuerdos de cooperación en materia de ciencia, tecnología y educación [6]. Por su parte, Xi Jinping ha instado al presidente español a proteger la globalización económica y la economía libre de coerciones. Se trata de un mensaje no solo dirigido a Sánchez, sino a toda la UE [6].
Los nuevos protocolos económicos firmados son fundamentales para la economía española, especialmente para la producción de cerdo. China es uno de los países que más consume carne de cerdo en el mundo y EE. UU. era su principal proveedor de carne, pero eso ha cambiado con los nuevos aranceles. España ha visto una oportunidad y busca hacerse hueco en el vacío que ha dejado Estados Unidos, ya que China busca abrir su mercado a otros proveedores [9]. El nuevo acuerdo comercial favorece enormemente a las comunidades autónomas que más carne de cerdo producen, como es el caso de Cataluña o Aragón. La UE supone un socio estratégico fundamental para China, y España por sí sola lo es también. Ofrece ventajas clave como una conectividad marítima y terrestre crucial por sus puertos de entrada en Europa y posee sectores estratégicos como la agroalimentación o las energías renovables, áreas donde ambos países pueden fortalecer la cooperación [7].
Dejando de lado el aspecto económico, la reciente postura de España frente a China supone un posicionamiento político fundamental ante la UE y Estados Unidos. Antes de la visita de Sánchez a China, el Secretario del Tesoro de Estados Unidos había criticado el acercamiento del país europeo hacia China señalando que eso era “cortarse su propia garganta” [10]. Pocos días después, Sánchez procedió a visitar el país asiático. Lejos de las ventajas económicas que ese acercamiento ofrece, se trata de una forma de posicionar a España en el nuevo orden económico y político que Estados Unidos intenta crear. Frente a la UE, este posicionamiento es fundamental también, pues muestra que España tiene una opinión propia y que no rechaza la postura de la Comisión Europea, pero quiere incorporar nuevos puntos de vista en el bloque económico.
Conclusiones
La reciente guerra arancelaria iniciada por Estados Unidos ha reconfigurado las dinámicas comerciales y políticas internacionales, lo que ha obligado a todos los países afectados a replantearse sus relaciones con Estados Unidos y sus alianzas estratégicas. España ha aprovechado esta crisis para reforzar su liderazgo dentro de la Unión Europea y fuera de ella. Sánchez ha sido el primer líder europeo en realizar una visita oficial a China desde que comenzó la escalada de aranceles con Estados Unidos [11]. Esto ofrece a España una posición ventajosa en las negociaciones pues no solo se han aprobado acuerdos económicos beneficiosos para España, sino que se ha producido un acercamiento entre la Unión Europea y China con España como mediadora. Del mismo modo que Meloni acudió a Estados Unidos para posicionarse con Trump, Sánchez ha hecho lo mismo en su visita a China, pero sin olvidar la posición de la Unión Europea. Esta postura defiende la soberanía europea y no ve a Estados Unidos como un enemigo, pero prioriza la búsqueda de nuevas alianzas. Los nuevos acuerdos firmados con China en materia de comercio, tecnología y educación posicionan a España como un actor relevante en el reequilibrio del poder económico global y demuestran que es posible defender los intereses nacionales y aportar nuevas perspectivas sin romper con el bloque europeo.
En definitiva, la respuesta española a la guerra comercial y arancelaria apuesta por el diálogo y la cooperación orientados a garantizar la estabilidad económica y consolidar su papel en un escenario internacional cada vez más polarizado.
Bibliography
[2] https://www.eldiario.es/internacional/china-responde-trump-eleva-aranceles-eeuu-125_1_12213101.html
[4] https://www.bbc.com/news/articles/cvgql020y5lo
[5] https://www.aljazeera.com/news/2025/4/18/trump-and-italys-meloni-express-optimism-on-eu-tariff-deal
[7] https://www.ceoe.es/es/ceoe-news/internacional/china-economia-y-relaciones-economicas-con-espana
[8] Ministerio de Asuntos Exteriores Unión Europea y Cooperación. (2025). Ficha país: China. Dirección General de Comunicación, Diplomacia Pública y Redes.
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